Guayaquil la gran ciudad en la Ruta de Spondylus.
Guayaquil. Puerta al Pacífico
Guayaquil en la Ruta del Spondylus es la puerta al Pacífico de Ecuador. Es la ciudad más comercial de Ecuador y por ende, muy importante para los negocios. Es la segunda ciudad en habitantes. Guayaquil, situada el el tramo final del rio Guayas, es el puerto comercial más grande de Ecuador y de los más grandes del Pacífico.
Iniciamos en Guayaquil la ruta del Spondylus, en la puerta del Pacífico. Volando desde Quito en apenas 45 minutos también se puede llegar en coche en 8 horas de viaje. Quizás la próxima vez.
Al llegar temprano, cogimos un taxi para trasladarnos al hotel y visitar la ciudad. Nos alojamos junto al barrio de las Peñas, en un hotel con muchísima solera (Hotel boutique Mansión del Rio), creo que hasta patrimonio histórico. Muy bien situado. Lástima que la limpieza de la habitación no fuera la que esperábamos. Tuvimos que indicar a la recepción que no habían cambiado las sábanas y el lavabo tenía roña de cuando hicieron el hotel. Los empleados muy atentos y tuvimos el hotel para nosotros solos, si tenéis ganas de subir escaleras, hay una habitación chulísima en lo alto del hotel, que no tiene ascensor, por cierto. Si vais a salir de juerga por la noche os recomiendo las de los pisos más bajos.
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Visita a la gran ciudad de la ruta del Spondylus
Al ser mediodía y para evitar el calor, fuimos primero al parque del seminario. Picoteamos algo en un hotel cercano a la entrada de un centro comercial (Unipark Hotel), con oferta de cervezas y muy fresquitos. En Guayaquil la temperatura era de 34 grados con humedad del 80%, calor, calor.
El Parque del seminario, conocido también como el Parque de las Iguanas, no es muy grande, su única atracción son las iguanas que trepan a los árboles y campan a sus anchas por doquier. Una vez presentados nuestros respetos a las iguanas y hechas las fotos de rigor fuimos a comer al Mercado del Rio en el Malecón 2000. Se llama así porque es la zona que está junto al auténtico y bullicioso mercado del Rio. Un mercado que merece la pena visitar, con cuidado. Mucha gente, ya se sabe.
El Malecón 2000 es un enorme paseo con atracciones, centros comerciales, restaurantes, zonas ajardinadas, chiringuitos con helados y chucherías… Cuando estuvimos nosotros había un belén gigante. Curioso, me recordó al de la plaza del Pilar en Zaragoza. En los belenes y nacimientos ecuatorianos, el niño no se pone en el belén hasta que nace. Lógico ¿No?
Bueno, comimos en el Mercado del Rio. Es un espacio en el Malecón 2000 con muchos pequeños restaurantes en los que puedes elegir entre diferentes comidas (incluso española). Nosotros elegimos La esquina de Beto un restaurante con comida tradicional, Beto, un amor, muy activo en instagram. Buena comida y muy agradable servicio.
Después de comer un agradable paseo hasta el barrio de las Peñas para subir los 444 escalones (numerados) hasta la cumbre. Unas vistas maravillosas sobre el rio y The Point un edificio singular de Guayaquil que destaca sobre el resto.
Cervecita en el barrio de Las Peñas, lleno de bares y gente del barrio viendo el partido de futbol entre el Barcelona Sporting Club y el Club Sport Emelec. Los eternos rivales. La gente con las camisetas de su equipo, en la calle, coreando sus himnos cada vez que se marcaba un gol. Todo un espectáculo entre aficiones.
Después de la cervecita, otro paseo por el Puerto de Santa Clara. Un paseo lleno de familias, skaters y más. Paramos a tomar una cerveza en Rustic beer una cervecería artesana, con cata incluida para que elijas sin sorpresas. Tomamos también algo de picotear y hacer tiempo para la cena. Otro largo paseo por el puerto de Santa Ana y a dormir, al día siguiente tocaba comenzar el viaje de la Ruta del Spondylus.
Día de vuelta.
Al final de la ruta, de nuevo en Guayaquil en la ruta del Spondylus, cruzamos el rio para ver el Parque Histórico de Guayaquil un área entre manglares con hotel y restaurante de lujo. En este lugar existe una especie de zoo. A mí personalmente no me gusta ver a los animales encerrados. El hotel es una maravilla, con un patio interior ajardinado y en un lugar muy tranquilo. También lujoso, acorde con el precio de la habitación.
Los edificios de la instalación hotelera y de restauración fueron desmontados de sus lugares originales y reconstruidos en el parque.
Nosotros fuimos en el vehículo que habíamos alquilado en el aeropuerto de Guayaquil par iniciar la Ruta del Spondilus. Existe la posibilidad de ir en barco y cruzar el rio. Es una visita que nos gustó mucho y creo que merece la pena una visita. Hay otro parque más grande el de Samanes, desgraciadamente no pudimos visitarlo aunque nos lo pintaron muy bien.
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