El bosque nublado de Mindo. Naturaleza en pleno esplendor.
Cómo llegar al bosque nublado de Mindo
El bosque nublado de Mindo está situado al noroeste de Quito. Llegar a la población de Mindo cuesta alrededor de 2 horas por la carretea E28. La distancia en Ecuador se mide mejor en tiempo, los km en los viajes no son relevantes debido a la orografía, estado y tipo de vías de comunicación, por no hablar de los atascos de fin de semana en el retorno a las grandes poblaciones.
Para llegar al bosque nublado de Mindo pasamos por otras poblaciones y reservas naturales. Nanegalito es una de las poblaciones por las que pasamos en el camino, una población volcada a la carretera, donde podemos encontar huecas o casas de comida, tiendas de alimentación, ferreterías… Es uno de los puntos en los que los atascos son habituales ya que los autos (coches o carros) paran a abastecerse en los locales al borde de la carretera. Es la población de referencia comercial de la zona.
Por el camino pasamos por La Mitad del Mundo y dejamos a la derecha la Reserva Geobotánica Pululahua. Un cráter habitado.
El paisaje hasta este punto es árido, de montaña, seco y sin apenas arbolado. La carretera sube, cuando supera el collado, se abre paso el bosque húmedo. Las nubes, la humedad y el frondoso bosque sorprende al compararlo con el valle que acabamos de dejar en el que se encuentra Quito.
Por este bosque hay osos de anteojos y, cuentan por ahí, que los agricultores siembran en las orillas de los campos de labor plantas para alimentarlos y que no estropeen sus cosechas. Una manera de mantener a una especie en extinción a salvo.
Mientras bajamos por la carretera llena de curvas carteles anunciando la pesca de truchas, restaurantes con comida típica de la zona y, cómo no, truchas; locales y puestos de comida para alimentar al viajero con parqueaderos (zonas de parking); zonas de recreo. Un mundo de olores y sabores. Para aquellas personas con estómago delicado no es muy recomendable el consumo en cualquier puesto callejero, pero eso, ya lo sabíais, es de primero de turismo. Podéis hacer un alto y visitar la Reserva Orquideológica El Pahuma.
Después de casi dos horas llegamos al cruce de Mindo. Para llegar al bosque nublado de Mindo hay que salir de la carretera principal, la E28. Es el atajo del Quiteño para ir a la costa. Hasta bajar a Mindo se anuncian muchos alojamientos tipo lodge.
La visita.
Mindo es una pequeña población con una plaza en el centro y rodeada de locales comerciales calles llenas de alojamientos, restaurantes y bares de copas o similar. Aqui sí se podéis tener un viaje con grandes experiencias. La actividad principal en Mindo son los deportes de aventura acuáticos, los baños en el rio, los paseos por la naturaleza y el avistamiento de aves.
¿Qué hicimos nosotros? después de instalarnos en Las Terrazas de Dana Boutique lodge & Spa por cierto, un estupendo lodge de cabañitas independientes rodeadas de aves y vegetación. Un paraíso en las afueras de Mindo, en medio del bosque nublado Aunque hay sitios más económicos, merece al pena. Creo que haré una entrada sólo para este sitio.
Bueno, al lío, caminando, en 15 minutos estábamos en Mindo. Pasamos por las zonas de baño en el rio y donde los aventureros turistas terminan el descenso del rio en enormes grupos de flotadores llamados tubing, las típicas cámaras de camión hinchadas y atadas juntas para mayor seguridad en el descenso (digo yo). No vi gente haciendo rafting, pero se oferta en algún local.
Era la hora de comer así que nos recomendaron el Sisakuna Lodge, a la entrada (o salida, según se mire) de Mindo, 42 USD tres personas. Una vez en el pueblo tomamos una visita guiada a la fábrica de chocolate artesanal El Quetzal de Mindo. El guía, un crack, portugués, el nombre no lo recuerdo, si lee este blog dígame su nombre por favor, lo incluiré. Divertido, animador y conocedor de todos los secretos del cacao. Saludos desde aquí.
Además de degustaciones, puedes comprar diferentes variedades y productos basados en el cacao, beber cervezas artesanales, comer en el restaurante (os recomiendo la miel de cacao, ñam,ñam). También puedes alojarte allí.
Cenamos en el Las Terrazas de Dana Boutique lodge & Spa donde nos alojamos. Al viajar con una persona vegetariana las cosas a veces se complican pero como estaba avisados sirvieron también un menú vegetariano. Muy rico, por cierto.
Al día siguiente fuimos a ver la Tarabita de Mindo y El Santuario de cascadas, desde el alojamiento, en 5 minutos, por un caminito, llegamos al teleférico, 8 USD. Temprano para evitar colas, subimos hasta la tarabita (5 USD) e iniciamos el recorrido que nos llevó alrededor de 3 horas incluidas las esperas en las colas de la tarabita y el teleférico de bajada.
Aunque el teleférico fue la espera más larga, os recomiendo este sistema para visitar las cascadas, teleférico (se puede llegar en coche), tarabita y Santuario de Cascadas. Existe una alternativa a la tarabita, caminando todo el tiempo. La tarabita tiene lo suyo si no tienes que esperar mucho, el coste de la tarabita es de 5 USD por persona.
La comida la hicimos otra vez en el hotel Sisakuna Lodge 38 USD tres personas. La comida muy buena, con opciones vegetarianas. No muchas, no esperéis menú especial. Toca adaptarse o elegir otra opción.
Después de comer, dimos una vuelta por Mindo, fotos, compras y de vuelta al hotel, cenamos con música en vivo.L Al parecer, uno de los empleados del hotel es cantante. Nos deleitó con una velada muy agradable. La cena, rica, rica. Y como tenemos la costumbre, si se puede, cervecita y a dormir.
Al día siguiente, volvíamos para Quito a las 16:00 por lo que nos levantamos tranquilamente y, paseando, fuimos a ver el mariposario, cientos de mariposas alrededor. Si alguien no sabe como es el proceso de metamorfosis, aquí está bien explicado y a la vista. Una de las atracciones más destacadas es dar de comer a las mariposas en la mano, a veces impresiona un poco, pero poco. Un jardín a la sombra, con un par de miradores en los arboles y guía de plantas a modo de botánico. Unos bancos para observar a las aves de alrededor completan la visita. 8 USD
La visita acabó pronto y decidimos darnos un baño en la piscina de las Terrazas de Dana antes de marchar. Comimos en el mismo alojamiento y esperamos al chofer con las maletas recién hechas. Mientras estuvimos charlando con David y Ana y jugamos con las mascotas del hotel.
La vuelta es un poco más costosa, ya hemos hablado de los atascos, como tres horas después llegamos a casa. Fin de semana intenso pero con ganas de volver. ¡No os lo perdáis!
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