Bogotá, la puerta a los secretos de Colombia
Después de pasar unos días en el mar nuestro próximo destino fue Bogotá, la puerta a los secretos de Colombia. Fuimos en Semana Santa, cuando empezó a llenarse Cartagena. Esto tuvo sus ventajas e inconvenientes pero el resultado fue extraordinario. Pudimos ver Bogotá sin mucho agobio aunque nos perdimos alguna cosa a causa del gentío. Las peregrinaciones es lo que tienen.
Cómo llegar
Llegamos en avión con una compañía de low cost. La ventaja de estas compañías de bajo coste es que los vuelos interiores son bastante económicos y te ahorras horas de carretera.
El aeropuerto de Bogotá tiene una infinidad de destinos, tanto nacionales como internacionles por lo que es un punto donde hacen escala muchos vuelos. Si es vuestro caso y tenéis unas cuantas horas, aprovechad y salid a conocer Bogotá.
Tanto para salir del aeropuerto como para moveros por la ciudad os recomiendo Uber a no ser que queráis discutir o ser estafados por los taxistas de Bogotá. La inmensa mayoría tratan de engañarte. Por cierto, desde el aeropuerto hay tarifas fijas de taxi. A mí me estafaron nada más llegar me cobraron el doble por pardillo. No volví a coger un taxi en los días que estuve allí. Lo siento por los taxistas honrados.
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¡Date prisa!
Por supuesto también hay un transporte público de autobuses pero yo no lo cogí. Me acercaba a una zona con Uber y luego pateando. Creo que es la mejor forma de visitar una ciudad.
En cuanto al alojamiento, acertamos de pleno Hotel El Dorado, en la calle 95, cerca de la Zona T y el Parque 93. Pudimos ir caminando sin problemas.
En cuanto a la orientación, al igual que en Cartagena, hay que distinguir entre calles y carreras. Perpendiculares entre ellas las vías orientadas aproximadamente norte, sur son las carreras, las orientadas más o menos este, oeste son carreras. Fácil ¿No?
Bogotá, la Zona T.
Este barrio, o mejor, barriada de Bogotá tiene como principal atractivo la noche, Una zona llena de restaurantes y discotecas. El ambiente es muy “cool” gente guapa y no tanto paseando alrededor de los bares y restaurantes.
Por el día es una zona de compras, un gran centro comercial, un gran supermercado y unas cuantas salas de cine.
Como veis tiene de todo, hasta una seguridad importante, sobre todo por la noche. Son unas poquitas calles pero muy marchosas.
Cerca de esta zona, un gran parque lineal alrededor de un pequeño canal «El Virrey». Ideal para pasear o para los más deportistas echar unas carreritas.
Un lugar para perderse después de un día de turisteo. ¡Ah! También hay un gran supermercado con productos colombianos. Por si es uno de vuestros últimos días.
Por cierto, cenamos en Cabrera Resto Bar en la 83 pero hay mucha oferta, este era un poco más caro que la media. Cenamos muy bien.
El parque de la 93.
Un pequeño pero coqueto parque cerca de la Zona T, se puede ir andando desde el parque. Merece la pena visitarlo por la tranquilidad que se respira.
Los domingos hay un mercadillo artesanal, ideal para un paseo y una comidita en los locales de alrededor. Nosotros comimos en la Pesquera Jaramillo, una recomendación de un local. El sitio no era barato pero se comía muy bien. Muchos platos con sabor español.
Usaquén
Usaquén es un pequeño barrio un poco más al norte, famoso por su mercado artesanal y de cosas de segunda mano (mercado de pulgas), hay auténticas maravillas a buen de precio. Lástima no poder llevar más equipaje.
Ropa, joyas y bisutería y otros cacharritos artesanales que bien merecen nuestra atención. El barrio alrededor del mercadillo también tiene su encanto. Calles casi peatonales y bonitos lugares para tomar un café. Estamos en Colombia.
Centro histórico de Bogotá.
Desde la Plaza Bolivar, hacia el este, se extiende el casco histórico. Una serie de empinadas calles que con sus casas de colores y empedrados te dejan sin aliento. Será la subida.
En esta zona hay un montón de universidades por lo que locales de copas y restaurantes están asegurados. La zona se hace un poco peligrosa, por la noche, alrededor del Parque La Concordia. Por el día es un bullicio de gente.
Justo antes de llegar a la Plaza Bolivar, la Carrera 7 es un ir y venir de gente, vendedores de comida y todo tipo de cosas están intentando hacer negocio. En la plaza se extiende un mercado también con todo tipo de productos. Como era festivo, Semana Santa, no sé si el mercado está todos los festivos o solo en esta época.
Desde allí, subiendo por las calles por detrás de la Catedral Primada de Colombia, se encuentra el pintoresco barrio de «La Candelaria». Recorrer sus calles es una maravilla. Casas de colores con magníficos patios. Paseando, paseando dimos con un par de restaurantes muy interesantes y nada caros. En la calle 10, el restaurante bar «De una Travel» está ideal para, al final de la cuesta, tomar un refrigerio en su terraza. Junto a él «Enchiladas la Candelaria», no entramos pero estaba a tope.
En el que sí entramos, un poco más abajo, en la misma calle y que nos encantó por su comida tradicional de calidad y precio fue «La Carabela» un restaurante familiar con un ambiente auténtico. No os lo perdáis. No tiene web, os dejo la localización.
En la calle 11 está el Museo Botero y en la 16 el Museo del oro, pero de eso hablamos luego.
En las calles de La Candelaria también hay arte urbano, grafitis y decoración en los tejados y balcones con figuras son habituales por estas calles.
Otro de los atractivos de Bogotá es «Montserrate». Lugar de peregrinación para devotos y con unas vistas estupendas de la ciudad. A Montserrate se puede llegar por un caminito, senda por donde suben los penitentes, por un funicular o por el teleférico. Cualquier opción es válida aunque más cómodas las dos últimas. Si vais en días de peregrinación, tendréis colas kilométricas en cualquiera de los tres métodos de subida.
Para llegar, si estáis por el barrio, la carrera 3 o la 4 os llevarán a la Avda Jiménez de Quesada, junto al Parque de los periodistas, tomando la avenida hacia arriba, (el este) llegaréis después de una caminata a las taquillas del teleférico y funicular. El sendero a Montserrate se coge un poco más arriba en dirección al parking. Carrera 3 este.
Museos imprescindibles de Bogotá.
Muchos son los museos que hay en Bogotá, voy a hacer referencia a los dos más importantes y que me causaron una gran impresión: El museo de Botero y el del Oro.
Museo del Oro.
El primero, un imperdible. No podéis dejar de ir al Museo del Oro, si vais a Bogotá y no visitáis este museo sin duda merecéis la cárcel. Bueno, es broma pero es una auténtica maravilla. Este museo alberga una colección de orfebrería prehispánica, adornos y esculturas que no os podéis perder.
Para ver el museo plantearos todo un día entero, por lo menos, es enorme y tiene tanto que ver que es imposible verlo todo en pocas horas. Además acabaréis saturados de tantas maravillas.
Después siempre podéis ir a comer o cenar a los lugares que os recomiendo o en cualquiera de los locales de alrededor, son muy pintorescos y tienen tiendas de suvenires.
Pasear por alrededor de museo nos dijeron que podía ser peligroso, lo cierto es que caminamos y, aparte de mucho vendedor callejero, no vimos mucho peligro. Eso sí, donde hay mucha gente los carteristas también acuden. Ten precaución, como en todas las aglomeraciones de gente.
Museo Botero.
El siguiente, otra maravilla que no podéis dejar de ver en Bogotá, el Museo Botero muchas obras, de muchos tipos y de muchos artistas. No cabe duda que Botero tenía muchos amigos y muy buen gusto.
Aunque es bastante más pequeño que el anterior, tiene mucho que ver. Nosotros empleamos toda una tarde. Es otro tipo de museo pero para los amantes del arte les llenará de gozo tanta genialidad.
Hay más museos pero creo que estos son los más importantes y que hay que visitar sí o sí.
Con esto concluye la primera visita a Colombia aunque seguro que hay más nos encantó el país y su gente.